50 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN CUBANA
Polémico legado de Fidel Castro
A los primeros nada les parece bien; incluso lo aceptado generalmente como positivo, como la universalización de la salud y la educación, es apreciado como pura propaganda.
Para los fidelistas, hasta lo inadmisible se justifica por razones de fuerza mayor -"la supervivencia de la revolución"- y con este argumento hasta la crítica más inocente es catalogada de contrarrevolucionaria.
En una cosa al menos coinciden todos: la Cuba que deja Castro, en muy poco se parece a la que recibió el 1 de enero de 1959.
Los adversarios del líder comunista se sirven de algunas estadísticas de la etapa republicana para demostrar el fracaso del régimen. En 1958, con una población de seis millones de personas, la isla poseía más electrodomésticos por habitante y tenía más millas de líneas .
férreas que cualquier otro país de América Latina.
El peso cubano tenía entonces igual valor al dólar. Hoy es 20 veces inferior Existían las mismas cabezas de ganado que habitantes. Ahora la proporción es de una por cada seis cubanos.
Y el número de periódicos de tirada nacional era considerable. Ahora sólo hay dos, Granma y Juventud Rebelde.
Otra cifra. La producción de azúcar en 1958 superó en cuatro veces la alcanzada el año pasado.
Para los defensores de la revolución los datos que cuentan son otros. Antes de 1959 la mortalidad infantil era superior a 60 por cada mil nacidos vivos. Ahora es de 5.3. La esperanza media de vida al nacer no llegaba a los 58 años y hoy es de 78 años.
Mientras, la cantidad de médicos por habitante se ha multiplicado por cinco. Con 11 millones de habitantes, en Cuba hoy existen casi un millón de universitarios.
Guillermo Jiménez es uno de los pocos académicos revolucionarios que admite abiertamente que los indicadores de consumo antes de 1959 eran deslumbrantes